Hoy desperté y mi soledad me acariciaba el cabello, me
pregunto que había soñado, que me escucho temblar de madrugada. Solo se dedicó
a tomar mi mano mientras me tranquilizaba, cerro las cortinas y me abrigo los
pies para calmar mis sueños. Mi soledad cuida de mí, no me da razones, yo
tampoco las necesito esta noche. Yo quiero pensar que todas las soledades son
parecidas.
1 comentario:
No, no todas son parecidas. Son iguales.
Abrazo
Tere
Publicar un comentario