Me encontraba en aquel parque grande donde había guardado varios recuerdos hermosos, el viento corría muy fuerte y un frió singular sacudía mi cuerpo aquella noche. Ella estaba allí sentada acomodándose el cabello y al verme me dijo: “por que tardaste tanto?”. yo no dejaba de verla como si estuviera viendo un fantasma, no podía creer que no me hubiera dado cuenta de lo hermosa que era, con ese fondo de luna llena y aquellas flores alrededor de ella. “No importa cuanto tarde, ya estoy aquí otra vez” le dije susurrándole al oído, me sirvió una copa de vino que tenia guardado en el abrigo y me sonrió como solo sonríen los ángeles.
Esa noche me hablo de sus sueños y de sus temores, de su miedo a la vida y del futuro que veía tan lejano. No sabia lo que pasaría con ella, si seria una estadística mas. Yo no dejaba de mirarla con toda la ternura del mundo, esa ternura que tenia guardada desde la última vez. Le decía que no tenga miedo, que la vida tiene cosas muy lindas para ella y que siempre tendrá un momento para sonreír. Las copas se terminaban y la noche también, no pude resistir mas, me acerque a ella para abrazarla tan fuerte hasta que nadie podría arrancarme su aroma, acaricie su mejilla y era tan suave. Ella me pregunto: “Y por que estas llorando?” Yo aun temblando y mirándola a los ojos le dije: “Llegara el día en que ya no estaré contigo, te iras para siempre y nunca mas hablaremos, luego te casaras, serás feliz… y yo te extrañare toda mi vida”.
“Eso nunca pasara, no sueñes” me dijo tomándome de la mano, seco mis lagrimas y me abrazo, “Te escribiré cientos de poemas y cartas que jamás leerás, inventare historias donde seremos felices por siempre y guardare tus besos en una caja de cartón para no olvidarte jamás”. Ella sonrió un poco y cerrando mis labios con sus dedos: “Todo eso harías por mi?” “estas loco de remate lo sabias”. Aquella noche reímos juntos, le hice más confesiones que ella nunca creyó, la bese bajo cada árbol de aquel parque y pasamos la noche como si fuera la ultima de nuestras vidas, nuestros cuerpos desnudos tendidos sobre las sabanas estaban listos para darle la bienvenida al amanecer.
El ruido de los gatos que deambulan por mi techo me despertaron; eran las 3 de la madrugada y estaba en mi cama solo, con la luz apagada, las ventanas cerradas y el alma en desconsuelo. Encendí la lámpara para buscar mi cuaderno y ponerme a escribir, mis ojos se humedecían mientras buscaba las palabras precisas para inventar esta historia… Hoy te extrañe mas que nunca.
5 comentarios:
Ese sueño es triste, alegre, cierto, real, un día tan solo quedarán poemas, solo tus escritos, todos guardados en una caja de cartón...
Qué miedo a la vida, a sentir, dejarse ir y sufrir de nuevo, no dirá jamas no que no quiere decir...
Seguro que también te extraña, alguién que es como tú deja un vacio demasiado grande, seguro que te extraña, pero teme verte, teme enamorarse, tener que morderse que ya lo está.
Amigo, esto me hizo recordar parte de mi historia... pero aveces las separaciones son inevitables.
El amor es indivisible.. ¿Por qué nos empeñamos en separarnos?.
El miedo... siempre el miedo...
Cuando dejemos de sentir miedo estaremos cercanos a la libertad.
Bezozzz
A veces es difícil encontrar aquellas palabras que deben acomodarse al sentimiento, pero las encontraste y juntaste. Grande.
Buen espacio, buena música.
Un abrazo!
Al final de todo: El amor no muere... solo cambia de lugar.
Gracias por leerme.
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