domingo, 1 de agosto de 2010

ELLA

Ella se despierta temprano, abre sus ventanas y mira el sol de frente, se acomoda el cabello, se quita la bata y camina desnuda por la casa, libre, mejorada, entusiasmada porque no es un día cualquiera. Se mete a la ducha y el agua reconoce su cuerpo, tan suave y dócil, las burbujas de jabón se pierden entre sus senos firmes y glamorosos, el sonido del agua que desborda su espalda guarda silencio al terminar su recorrido en esa rampa que son sus caderas.

Se sirve un café, se sienta sola frente al computador, el eco de su voz se oye a los lejos, las paredes guardan sus palabras en ese palacio de muros blancos en donde habita su belleza. Son las once de la mañana y se viste para salir, guarda en la cartera un labial de su color favorito, una muestra de perfume que la acompaña en ocasiones especiales y un reloj que le anda diciendo “ya es hora”. Enciende el auto, acelera un poco saliendo por la calle Insurgentes, pone música de Yuri, “todo mi corazón”. Es casi mediodía y llega al aeropuerto, no lleva carteles con algún nombre, ni ropa vistosa que la distinga entre toda la gente, solo lleva una sonrisa que me cautivó desde la primera vez que la vi, un escote sencillo y unas manos que le sudaban preguntándose “este será el día en que mi vida cambie por completo?”.

Alguien baja del avión entre ese tumulto de pasajeros, alguien a quien ella ha venido esperando por mucho tiempo, alguien que se hará merecedor de su risa, sus besos y sus caricias. Se confunden en un abrazo extenso, como si no quisieran hablar, solo sentir sus corazones latir en simultaneo, el tiempo se detiene y mira para otro lado, solo existen ellos dos en ese salón inmenso que recibe tantas banderas cada semana. Se suben al auto y van con rumbo desconocido, dispuestos a vivir la vida como si fuese su última oportunidad, allá afuera miles de personas los observan, murmuran secretamente como envidiando su pequeña felicidad…es que el amor no es para los cobardes.

1 comentario:

kalima dijo...

Seguro el amor es para quien va en su busca, y a propósito de esto, vulvo a recordar lo que hace unos dias leí:

"El destino suele estar a la vuelta de la esquina,pero lo que no hace es visitas a domicilio.
Hay que ir a por él"

Besos