jueves, 27 de marzo de 2008

LA QUE NUNCA SE VA

Cuando llego tarde a casa ella esta esperandome, sentada en aquel sofa con las piernas cruzadas y las manos suaves listas para consolar mi cansancio, se sienta a mi lado y me pregunta como me fue hoy, si fui feliz mas de cinco minutos o si alguien me hizo enojar, me trae una almohada y la pone en mi espalda mientras yo le sigo contando las anecdotas del dia, si conoci alguna persona especial o si me la pase extrañandola toda la tarde.
Toda la casa esta igual, los retratos sobre el velador sigues adornando mi habitacion, los discos de trova en el mismo orden cronologico puestos sobre el escritorio, mis cuadernos de poemas debajo del colchon y las ganas de tenerte regados en el piso de toda la casa. Nada ha cambiado durante este verano extraño, donde llueve cuando nadie se lo imagina y donde el sol es opacado por la luna.
Tu risa me reconforta, esos gestos que haces con el viento me fascinan, me haces ver mas humano. Aunque a veces peleamos y me tiras el cafe de las manos, a pesar que muchas veces me abofeteas y me tiras al piso sin misericordia para irte inmediatamente azotando la puerta. Tengo la certeza que regresaras antes de la medianoche para pedirnos perdon; sentarnos en aquel viejo sofa y ponernos a escribir algunos versos hasta que llegue el amanecer.
Mi compañera perfecta, la que siempre perdona aun sin entenderme, la que me cobija la espalda cuando llego cansado, la que se sienta a mi lado para charlar cuando llega la oscuridad, la que sabe guardar secretos y sabe callar cuando todos hablan. Nadie podria entenderte mejor que yo, nadie te ha nesecitado mas que yo, nadie podra cobijarme la espalda mejor que tu... mi amada soledad.

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