Despierto, respiro, me muevo en círculos, dejo caer los libros de Gibran, los discos de Sabina, las pastillas contra el insomnio. Me miro en el espejo y digo: "Ese de ahí no soy yo". Me enfrio en la ducha, cierro los ojos mientras el jabón resbala por mi cuerpo. Pienso en lo vivido, en las veces que he muerto al terminar un escrito. Pienso en el futuro, en los días que dibujan tragedias, en las flores que irán llegando en mi funeral. Veo mas pastillas sobre la mesa, no quiero tener los ojos abiertos... quiero olvidar que soy aquel del espejo.
No hay comentarios:
Publicar un comentario