Tu cuerpo se balanceaba con el viento, al compás de la música, tu cuerpo parecía tener contacto con el diablo. Hacías movimientos peligrosos, como llamando al pecado, y yo que no soy puritano hago realidad tus deseos. Te tomo de la cintura, me dejas a complacencia tus pechos, tus caderas le hacen reverencia a mis manos.
Hoy eres un sueño que algún día quise soñar. Afuera solo llueve, alguien allá arriba ya supo que no nos volveremos a ver.
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