Ella duerme tan lejos de mí, tan ajena a mis caprichos, a mis manías sofocantes, a lo autodestructivo que puedo llegar a ser. Ella se salva de todo eso, pero espera detrás de mi ventana, mirando como agonizo sin ser yo, esperando exhalar mi último respiro, para tomarme de la mano, aceptarme como soy y cerrar mis ojos. Es cuando llego a la conclusión de que no es un buen momento para morir.
2 comentarios:
El único buen momento para morir es aquel en el que la muerta nos llega.
No queremos morir cuando algo nos apetece tanto, sin embargo morimos en cada segundo, resucitamos, volvemos a morir, gracias a la ilusión lo haremos miles de veces.
Te dejo mi brisa marina, mi ventana, un beso y una flor
Muaks
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