
Ella es diez años menor, cabello sobre los hombros y un lecho no tan prometedor, sabe de la vida lo que le contaron, esperando un día salir del cascaron. Ella no sabe lo que escribo, ni pretendo que lo sepa algún día, ella solo vive con mi otra mitad, la que desea amarla mientras dure, y que sigue su ritmo de niña traviesa, mientras yo soy su peter pan. Ella me dejará algún día, cuando se entere que hay cosas que no puedo ser, me entregara un beso y mil caricias en señal de despedida antes de algún amanecer. Ella no sabrá de mi mañana, ella nunca me va a leer.
3 comentarios:
Tu poesía me hizo recordar a Benedetti y "La Tregua"....
Muy lindo...pero triste
Saludos!!
Claro que si, la dulce "Avellaneda"
Dios bendiga a Marito, un grande de verdad.
A veces solo amamos con medio corazón, damos besos a medias, esperando resucitar del todo algún día, volver a ser el de antes.
Saludos Sandra, gracias por pasar por mi esquina.
Si no te lee se perderá algo bueno...jeje, pero tú tienes la culpa, manda el enlace a su mail.
Abrazo
Tere
Avellaneda? Benedetti? Me suenan...jmmmmmm
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