domingo, 26 de diciembre de 2010

ELLA Y EL

Ella perdura su belleza en las cosas simples, tiene un corazón desvencijado pero todavía latiendo a ritmos intensos, ella guarda su alma cada noche bajo su almohada, deseando soñar que todo será mejor al día siguiente, nadie podrá imaginar un mundo perfecto como solo ella lo hace, su optimismo radica en su inocencia, en sus ganas de vivir.

El ha tenido muchas vidas, podría describir cada una si se lo permiten, he recorrido muchas esquinas, cada lugar donde dejo huella, él no sabe de teorías, lo sabe porque ha vivido. Su fortaleza se ha moldeado con los golpes del destino, con eso que llamamos experiencia, con lo que olvidamos en los momentos perdidos.

Ella cree en “que las historias son para toda la vida”, no sabe de despedidas ni rencores eternos, ella ofrece su corazón como quien ofrenda su existencia, sus noches y sus días. Ella ha aprendido que no solo hace falta desear algo, sino luchar por ello. Pero no siempre las batallas pueden ganarse, no siempre uno queda en pie cuando todo termina.

El supone que nada es para siempre, ni siquiera las cosas de las que tanto habla la gente, reposa su filosofía en el hecho de ser realista, en las cosas gratas, pero cortas que le ha dado la vida. Quizás porque su mundo no es perfecto, o porque cuando llega la noche, su luna aun no termina de asomarse.

Ella y él se conocieron una mañana de marzo, compartieron un secreto, una sonrisa y un deseo. Lo demás lo hizo el destino, que siempre juega ajedrez con nuestros rumbos. Venus y Marte coincidieron en su órbita para que nazca el amor. Pero aquel amor es tan caprichoso que convive con la dualidad. Ella desea que esto se haga eterno, él sospecha que todo tendrá su final algún dia.

Ella lo llama cada noche, le cocina los fines de semana, se refugia en su cuerpo cuando nadie los observa y guarda sus besos detrás de su almohada, deseando que todo será mejor mañana, y si dios quiere para siempre. Ella decora su mundo perfecto.

Él le escribe poemas amorosos, le regala flores todos los viernes, acaricia su cabello cada vez que puede, la abraza y le dice que su mundo se hizo perfecto desde el día en que ella lo habitó. Pero también él convive con sus miedos, de que algún día esto termine, porque las historias tristes empezaron así de hermosas. “El amor es para los valientes” piensa, cierra los ojos y la besa con ternura, deseando que existan muchos más besos después… ojala sea por siempre.

Las noches en la pequeña Lima tienen el mismo brillo, con la luna detrás de la catedral, las estrellas perdiéndose entre las nubes que adornan la Plaza Mayor, el mundo sigue girando, el amor sigue haciendo sus historias… mientras yo las escribo.

domingo, 19 de diciembre de 2010

TRISTEMENTE

Entre la niebla que cae sobre mi corta existencia, puedo encontrarte dibujada vagamente, son tus curvas, son las líneas de tu rostro, nadie puede desmentirlo, soy yo quien te conoce más que nadie. Llegas silenciosa para quedarte conmigo, hacerme compañía, acercarte tan despacio y susurrarme al oído las canciones de Sabina. Yo te tomo entre mis brazos, respiro tu perfume, confieso tristemente: “como duele la vida cuando tu no estas”.

Cae la lluvia sobre la pequeña Lima, una de las últimas del año, te pierdes con la brisa que se hace fuerte con la tarde, se pone aguerrida, desquiciada, indomable. Te lleva tan lejos, borrando el camino de partida. Yo acaricio tu distancia, dejo mi última sonrisa y suplico tristemente: “procura regresar”.

sábado, 11 de diciembre de 2010

PERDEDOR NOCTURNO

Cuando la conocí yo no era nadie, no tenia un futuro, no recordaba mi pasado, solo andaba inventando un presente cada día. Ella en cambio había tenido muchas vidas, tenia heridas que nunca cerraban, sueños que nunca cumplía y besos que alguna vez dio.

Con lo poco que fui pude sorprenderla, decía que nadie escribe mejor que yo, que le gustaría habitar los mundos que bajo mis letras se inventó. Ella quería un matrimonio, unos hijos de ojos rasgados, de piel mestiza y cabello dócil. Yo solo quería una vida normal, dejar de salir huyendo, dejar de mentir.

Ella juro amarme como a nadie en su vida, construir palacios y ser mi princesa, tejer en silencio mientras yo tardaba en llegar. Con la única condición de no ser violento, de no echar gritos, ni serle infiel los fines de semana. Parecía perfecta, parecía comprensiva, como un reloj suizo a punto de estrenar.

Han pasado los años, ahora ella ama a otro infeliz, también le teje esperando en silencio. El es un tipo con futuro, con ganas de progreso, queriendo comprar la felicidad aunque sea con dinero (si supiera que no le va a alcanzar). Yo sigo siendo nadie, mi futuro todavía es una moneda al azar y mi presente me dice que esto esta por terminar. Y todavía escribo… pero ya nadie me lee.

domingo, 5 de diciembre de 2010

ELLA

Ella no sabe quien soy en realidad, solo se sintió atraída por una de mis mascaras, ella no sabe mis secretos más recónditos, solo sabe lo que yo puedo decirle entre noches y mediodías, ella solo alberga mi cuerpo, mis años, mis pocas ganas de codearme con la eternidad.

Ella es diez años menor, cabello sobre los hombros y un lecho no tan prometedor, sabe de la vida lo que le contaron, esperando un día salir del cascaron. Ella no sabe lo que escribo, ni pretendo que lo sepa algún día, ella solo vive con mi otra mitad, la que desea amarla mientras dure, y que sigue su ritmo de niña traviesa, mientras yo soy su peter pan. Ella me dejará algún día, cuando se entere que hay cosas que no puedo ser, me entregara un beso y mil caricias en señal de despedida antes de algún amanecer. Ella no sabrá de mi mañana, ella nunca me va a leer.