Algún día tú y yo rendiremos cuentas, no te quiero asustar, pero aquel día no está muy lejano. Si miras los calendarios te darás cuenta que cada fecha tiene su destino, mañana podría ser el día en que dios te haga llorar, tal vez una sonrisa espera por ti cuando caiga la tarde, ayer quizás fue destinado para los recuerdos, cada fin de semana es una oportunidad para redimirte.
Todos vivimos el presente como si fuese el mejor de los momentos, no nos fijamos que hoy sembramos para luego cosechar. El día que me rompiste el corazón está marcado con rojo en los almanaques, ha quedado pendiente como una letra sin pagar, pobre de ti que olvides esa fecha. Y si los días han pasado sin que pagues tu condena… es porque se andan acumulando los intereses.
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