Me dejaste las calles, las plazas, las grandes avenidas, me
dejaste toda esta ciudad que no era mía, entera y vacía. Me dejaste los bares de rock ochentero
como tequilas sin sal, como luces sin sombras, con la gente bailando alrededor
como almas en pena. Me dejaste una oscuridad casi intacta, un silencio que
duele cada noche, me dejaste tu aroma a ternura impregnado en mis sabanas. Pero
no te llevaste lo más importante…. Mis ganas de volver a empezar de nuevo.