domingo, 29 de agosto de 2010

QUE HAGO AHORA

Ahora que los besos terminaron devaluados, ahora que mi ventana no se abre por las lluvias, ahora que los hoteles son solo cuatro paredes con una cama en medio, se agotaron las frases melodiosas, ya nadie me sopla versos ni canciones, he sido degradado a la categoría de común y corriente.

Hubo un tiempo en que yo fui alguien, me llamaban por mi nombre y hasta me deseaban buenas noches. Eran otras épocas, capítulos que prefiero enterrar en la memoria. Todavía sonrió si te nombro por las noches, pero ya no puedo recitar poemas. Hoy me di con la ingrata sensación de que ya no me gustan mis escritos, suenan vacios, sin esencia ni ritmo. No puedo publicar nada porque nada de lo que hago me convence. Nuevamente siento que no encajo en el mundo, ni siquiera estando aquí sentado. Es tiempo de salir huyendo, salir un instante de este personaje, descansar de todo. Es momento de quitarse los antifaces y reposar. Buenas noches.

sábado, 21 de agosto de 2010

DUERME MI NIÑO

Cuando me avisaron que naciste, yo todavía estaba despierto. Eran las cuatro de la mañana y seguía lloviendo en la pequeña Lima, los buses ya empezaban a hacer ruido, los patrulleros se escondían para echar una siesta y todos creían que era un viernes cualquiera, pero yo sabía que no, que aquello seria un dulce principio. Pesaste cerca de tres kilogramos, tu cabeza tenía una forma extraña y tu piel llevaba un abominable color rojizo, eras las cosa más fea y peluda de todo el hospital, pero como te queríamos. Tu madre, que es también mi hermana, no tardo en ponerte un nombre: te ibas a llamar Edison Jesús.

Cuando tu padre tuvo que irse de viaje por mucho tiempo, yo y tu abuelo éramos las únicas figuras masculinas que tenias en casa. Eso asusto a toda la familia porque yo nunca he sido un buen ejemplo, siempre fui la oveja negra, el que desobedecía a todo el mundo por vivir a su manera. Pero yo supe que tú me ibas a querer más allá de todo prejuicio. Tengo la idea de no llegar a ser buen padre, por la sencilla razón de que nunca he sido un buen hijo. Siempre anduve retando a tu abuelo, mis decisiones casi siempre terminaban hiriéndolo, incluso siento que gran parte de su vida él ha vivido defraudado de mí por ser como soy. No lo culpo, a veces, cuando me miro en el espejo, ni yo mismo se quien soy. Pero contigo es distinto, ahora yo siento que siempre estaré orgulloso de ti, hagas lo que hagas. Todavía me provocas ternura cuando te escondes en tu habitación para leer los libros que te regalo, o te pones a dibujar en tus cuadernos personajes salidos de tu imaginación. Tu abuela dice que te pareces a mí cuando era pequeño, a veces tan tranquilo y callado, con su mundo aparte. Luego despiertas y sales a jugar con tus amigos o ves los programas de Fox Kids, entonces agradezco que no te me parezcas tanto, tú mereces algo mejor.

Te gusta ir conmigo a la Plaza Mayor para tirarle comida a las palomas, mirar desde arriba cómo pasa el tren echando colas de humo, caminar por las orillas del mar y lanzar piedras pidiendo un deseo. Me gusta llevarte a los museos de arte y explicarte cada cuadro de las galerías, también ir juntos a la biblioteca o a la famosa calle Quilca donde yo empecé a comprar libros en mi adolescencia. Me gusta cuando me haces preguntas difíciles, sabes que siempre te diré la verdad, cuando me pides que te cuente sobre las Madres de la Plaza de Mayo, los desaparecidos en Santiago de Chile o los coches bomba de Sendero Luminoso. Es increíble cómo un poco de música te puede despertar tanta curiosidad. Y sé que a pesar de tus nueve añitos, puedes comprender un poco de aquello que no contarán tus libros de historia.

Me encanta que me regales tus trabajos manuales por el día del padre, tengo todos los dibujos que te vi hacer para que ganes esas medallas, tengo fotos con cada una de tus diplomas por haber conseguido el primer puesto en la escuela y tengo todos tus videojuegos favoritos, instalados en mi computadora. Somos grandes amigos, cómplices de travesuras y también de tristezas. Mi pequeño camarada, he querido escribir unos cuentos infantiles para leértelo antes de dormir, pero eres tan inteligente y despierto, que temo no dar la talla como escritor. Me gustaría dejarte un mundo mejor cuando crezcas, pero no he podido siquiera mejorar mi propia existencia. Cada quien elige su propio camino y como trascender en esta vida, moldeamos nuestro propio carácter y con las caídas aprendemos a sobrellevar nuestros defectos.

Anhelo para ti solo cosas maravillosas, fuiste concebido con amor y te criaste todavía con mucho más amor. Verte crecer es uno de los regalos más hermosos que pude recibir. Por eso te escribo en este blog que me gustaría que algún día puedas conocer. Cuando un día seas un hombre y ya no esté contigo, sabrás que tu tío no siempre fue un “lucer”, que de vez en cuando le salía un buen escrito. Descansa nene, que mañana será un nuevo día, y yo quiero estar cerca para mostrártelo.
Te quiere mucho… tu animalito nocturno.

domingo, 15 de agosto de 2010

DEMASADO TARDE

Esta mañana al verme en el espejo, pude ver lo poco que se refleja en el cristal, lo displicente que puede llegar a ser la realidad. Mirando la enorme cicatriz en mi frente, mi prematura calvicie, mi vientre abultado, mis piernas flacas, carente de todo músculo, noté que hacen juego con mi mirada miope, mi tabique desviado, mi cara llena de barros y mi enorme papada de sapo. Soy la burla de mis amigos, el patito feo de los cuentos, el espanto de los niños traviesos. No te merezco ni en mis mejores sueños.

Por eso salí a buscarte, para decirte que terminamos, así ponerle fin a esta historia que tan feliz me hacía, pero a costa de tu buena reputación. Llamé a tu casa y no estabas, te busque en el trabajo, en casa de tus amigos, sin poder dar contigo. Fue entonces que recordé, que tú ya me habías terminado desde hace diez meses. Además de feo… desmemoriado.

sábado, 7 de agosto de 2010

CORAZONES ROTOS

Ella se sienta frente a su ventana, derramando lágrimas en señal de protesta, contemplando la noche que no le dice nada. En sus paredes hay cuadros de colores, dibujos animados que ella pintó desde muy niña, osos de peluche adornando su cama, tarjetas escritas por su propio puño y letra, como avisándole lo rápido que pasa el tiempo.

Nadie le dijo que el aprendizaje no siempre viene con guantes de seda, que a veces la experiencia nos cuesta el llanto. Nadie le hablo de los oscuros caminos que existen en la búsqueda del amor, es que no siempre el amor es ese cosquilleo en el estomago, ni ese andar entre nubes de la que tanto hablan las telenovelas. El amor simplemente es una decisión, un riesgo que hay que correr a pesar de sus consecuencias, pero un riesgo que se comparte entre dos personas, cuando uno de los dos suelta la cuerda, el otro caerá irremediablemente.

Por eso ella está sentada frente a su ventana, mirando las estrellas, con el corazón hecho añicos, queriendo creer que no todas las caídas son así de dolorosas. Se mira en el espejo y no quiere palabras de consuelo, no desea imaginarse mañana, dibujándose sonrisas para enfrentar al mundo. Esta noche solo quiere llorar para apaciguar la marea, quizás algún día le dirán que la luna suele sonreírle a los corazones rotos. Yo la miro desde mi ventana, queriendo inventar un pretexto para hacerla reír, pero me estrello en mis intentos, no puedo lograr mi cometido, perdón querida amiga. Yo solo sé escribir, y a veces ni siquiera eso.

jueves, 5 de agosto de 2010

HISTORIA DE UNA PRINCESA 5

Apareciste una tarde de Julio, con el cabello distinto, la sonrisa diferente, como queriendo ser otra persona, alguien muy lejana a ti. No llevabas tu corona de princesa, no llevabas trajes caros, solo algunas joyas entre los dedos y un corazón con ojeras, demostrando que has llorado. No valían las preguntas entre nosotros, no hay caminos para salir huyendo si buscamos el mismo refugio, cerramos los ojos como agradeciendo al destino por permitirnos otro encuentro. La princesa, la que movía mi mundo sin saber manejar las leyes de la física, la que le ponía color a mis palabras cuando me sentaba a escribir, viene ahora con mas humildad que carisma, pero tan hermosa como cuando le prometí nunca olvidarla.

Mientras me cobijo entre sus piernas, me dice que el amor es un vendaval que te arrastra por los suelos si no lo sabes domar, que la exclusividad de los cuerpos es un invento aun no superado por el ego, que la pasión no siempre le gana todas las batallas a la razón, que a veces se deja vencer voluntariamente, siendo esa la mejor muestra de que ambas pueden convivir en armonía. Nunca hemos tenido secretos, siempre escapábamos antes de soltar una mentira, como esta noche que desnudas tu alma frente a mis ojos, acompañada de una lagrima que estoy seguro venía contigo todo el camino. Mi dulce princesa, que te han hecho los mortales, que no siento tus latidos, a donde se fueron tus sonrisas y el brillo de tus ojos. Cuando volverás del todo.

Te vistes en silencio, tocas mi espalda en señal de despedida, y sales de la habitación sin verte en el espejo. Hasta tu misma te sientes incompleta. Al verte caminar por esa calle que te trajo, puedo notarte distraída, tan ida, lerda y meditabunda. Dejaste una lágrima sobre mi almohada, dos besos y muchas dudas si te volveré a ver. Aunque pienso que mientras te quede un poco de alma… siempre existirá una historia entre los dos.

domingo, 1 de agosto de 2010

ELLA

Ella se despierta temprano, abre sus ventanas y mira el sol de frente, se acomoda el cabello, se quita la bata y camina desnuda por la casa, libre, mejorada, entusiasmada porque no es un día cualquiera. Se mete a la ducha y el agua reconoce su cuerpo, tan suave y dócil, las burbujas de jabón se pierden entre sus senos firmes y glamorosos, el sonido del agua que desborda su espalda guarda silencio al terminar su recorrido en esa rampa que son sus caderas.

Se sirve un café, se sienta sola frente al computador, el eco de su voz se oye a los lejos, las paredes guardan sus palabras en ese palacio de muros blancos en donde habita su belleza. Son las once de la mañana y se viste para salir, guarda en la cartera un labial de su color favorito, una muestra de perfume que la acompaña en ocasiones especiales y un reloj que le anda diciendo “ya es hora”. Enciende el auto, acelera un poco saliendo por la calle Insurgentes, pone música de Yuri, “todo mi corazón”. Es casi mediodía y llega al aeropuerto, no lleva carteles con algún nombre, ni ropa vistosa que la distinga entre toda la gente, solo lleva una sonrisa que me cautivó desde la primera vez que la vi, un escote sencillo y unas manos que le sudaban preguntándose “este será el día en que mi vida cambie por completo?”.

Alguien baja del avión entre ese tumulto de pasajeros, alguien a quien ella ha venido esperando por mucho tiempo, alguien que se hará merecedor de su risa, sus besos y sus caricias. Se confunden en un abrazo extenso, como si no quisieran hablar, solo sentir sus corazones latir en simultaneo, el tiempo se detiene y mira para otro lado, solo existen ellos dos en ese salón inmenso que recibe tantas banderas cada semana. Se suben al auto y van con rumbo desconocido, dispuestos a vivir la vida como si fuese su última oportunidad, allá afuera miles de personas los observan, murmuran secretamente como envidiando su pequeña felicidad…es que el amor no es para los cobardes.